La madera en sí tiene varios enemigos. Es decir, si nos referimos a su diseño y elegancia, en términos de carpintería, la madera tiene una vulnerabilidad. Y esta vulnerabilidad no es otra que las denominadas termitas, carcomas y polillas de madera.
Las tres tienen un gran apetito y son bichos que comen madera.
De estas tres plagas, las más comunes son las polillas de madera y las carcomas. Las termitas son un tipo de plaga no tan común, porque se considera un tipo de insecto común en las afueras de las ciudades y los campos.
En este artículo te contamos como eliminar la polilla de la madera de forma natural.
En cambio, las carcomas y polillas sí tienen más presencia en las ciudades.
¿Carcoma y polilla es lo mismo?
En esta ocasión, reflexionaremos sobre lo que representan la carcoma y la polilla. No son lo mismo en tanto la carcoma es ante todo un escarabajo. Sí, un insecto que se reproduce bajo la madera, pero que una vez crece buscará salir de la zona. ¡Buscará su propio destino, su evolución!
La polilla en cambio tiene un objetivo distinto: vivir bajo la madera. En lo que sí se caracterizan ambos tipos de insectos es que suelen aparecer en zonas húmedas de la madera. Su instinto les permite reconocer que una madera húmeda y/o vieja puede ser el escenario perfecto para vivir.
Principales diferencias entre carcoma y polilla de la madera
Lo primero que hay que decir sobre la carcoma es que se presenta como un escarabajo que se hace cargo de depositar sus huevos en la madera. Se inclina principalmente por las grietas que pueda encontrar. Una vez los huevos eclosionan, la madera es habitada por una larva.
Y esta larva en cuestión tiene un aspecto de color oscuro o negro. Generalmente es de color marrón. La larva es muy peligrosa, porque su razón de ser en esta etapa es alimentarse. Y es la madera la que mejor puede saciar su apetito. Curiosamente, genera ruido durante su actividad “carnívora”.
Una vez se ha completado el tiempo de maduración de la larva y alcanza el grado de ser un insecto, el escarabajo decide salir. Para ello, abre un hueco en la madera y escapa. Sin embargo, a esa altura, el consumo de la madera es lo suficientemente avanzado para haber gestado todo un agujero.
Si presionas suavemente por el agujero a través del cual escapó el escarabajo de la carcoma, seguramente sentirás la zona floja. Si presionas demasiado, tus dedos harán contacto con el agujero creado por el hambre de la larva. Algo similar ocurre también el resultado final de las polillas.
Lo que ocurre con las polillas es que un insecto más invasivo. También se hacen cargo de dejar sus larvas al interior de la madera. Así, se enfocan en crear colonias, donde nacen, se reproducen y… no, en esta ocasión no mueren. En esta ocasión también escapan como en el caso de la carcoma.
Las colonias de larvas se van expandiendo, creando auténticas galerías. Generalmente establecen una ruta para sacar la madera. Es decir, muerden la madera para crear las galerías y el excedente lo sacan al exterior.
Esos residuos se pueden reconocer cómo un polvo granulado en la superficie de la madera. Si soplas sobre ese residuo encontrarás el orificio que les sirve de conducto para extraer su labor de “minería”.
Incluso, si te detienes a observar detenidamente el hueco, podrás ver a la polilla sacando el residuo.